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La academia se suma a la lucha por la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres

Adrián Bonilla realiza su ponencia en el panel que se realizó la noche de ayer en la Universidad Andina Simón Bolívar
Adrián Bonilla realiza su ponencia en el panel que se realizó la noche de ayer en la Universidad Andina Simón Bolívar

Boletín de Prensa No. 169

Quito, 05 de diciembre de 2017

Como aporte a la propuesta de Ley Orgánica Integral Contra la Violencia de Género presentada por el presidente Lenín Moreno y aprobada en la Asamblea Nacional, la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) desarrolló hoy el panel Rol de la educación superior bajo el marco de la Ley para la prevención y erradicación de la violencia de género contra las mujeres.

Adrián Bonilla, subsecretario general de Educación Superior, planteó la importancia de que la academia se sume a la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, especialmente en espacios educativos. “Como Senescyt debemos establecer estrategias que visibilicen el problema de la violencia y no naturalicen la dominación del hombre sobre la mujer bajo ningún concepto”.

En esta línea, el Subsecretario señaló que las instituciones de educación superior son actores claves en la erradicación de este conflicto, y son lugares que deben construirse como espacios seguros, en donde se protejan a las víctimas de violencia de género. “Las víctimas nunca deben ser doblemente victimizadas, deben saber que cuando denuncien serán escuchadas”.

Protocolos

Bonilla insistió en que el sistema de educación superior debe seguir protocolos que no los hagan cómplices de ningún tipo de violencia, por lo que ratificó que desde la Senescyt “estaremos vigilantes y trabajaremos hasta lograr una lógica igualitaria”.

Por su parte, María Paula Romo, docente de la Universidad Andina Simón Bolívar, destacó que la Constitución tiene un acento muy fuerte en temas de género, y enfatizó en que es necesario seguir marcando el camino para que las instituciones del Estado eviten que “la Pandemia que es la violencia hacia la mujer siga calando en espacios académicos”.

Respecto a la Ley Orgánica Integral Contra la Violencia de Género, Romo piensa que hay que enriquecerla con la transformación de patrones culturales, “y en esto la universidad tiene un papel importantísimo por delante”, aseguró.

Ana Veloz, docente de la Universidad Nacional de Chimborazo, manifestó que el implementar un enfoque preventivo en la ley marca un precedente positivo en el país, y que este marco de prevención debe incluirse en la educación. “Dentro de las universidades los temas de género deben estar presentes en las clases, en las investigaciones, en los debates para convertirse en instrumentos de política pública”.

Aprobación

Julieta Logroño,  representante de la Red de Educación Superior y Género, recordó que enfrentar la violencia de género es uno de los principios más fuertes de los derechos humanos. “En el contexto de la ley y su aprobación quiero celebrar a las mujeres que se han enfrentado día a día a un sistema patriarcal que recrea la opresión”.

Logroño resaltó que la academia debe enfrentar “la dominación masculina que surge en la propia ciencia, que muchas veces invisibiliza lo femenino y deja de lado la visión de las mujeres”. En este sentido su propuesta es que el enfoque de género se instaure en todas las aristas de la educación pero saliendo de las aulas y fijándose en la realidad. “Trabajemos en la construcción de una sociedad equitativa que surja del encuentro de la academia y de los movimientos sociales”.

El evento, que se realizó en el salón José Joaquín Olmedo de la Universidad Andina Simón Bolívar, contó con la presencia de asambleístas, representantes de organizaciones civiles, académicos y estudiantes universitarios.